En Psicólogos Aída contamos con una larga experiencia en la psicología clínica, por lo que podemos atender a todo tipo de pacientes en nuestra clínica de Valladolid.
Somos conscientes de que toda persona puede llegar a tener dificultades en cualquier época de su vida que le generen ansiedad, tristeza, dudas, apatía, pesimismo, cierto malestar que se convierte en un obstáculo para afrontar su camino, perdiendo la estabilidad emocional y personal, afectando a su entorno familiar, de pareja y laboral.
La intervención psicológica en adultos es una herramienta de ayuda para afrontar diferentes problemas mediante enseñanzas de procesos, recursos y estrategias con las que usted mismo contaba, pero que hasta ahora no utilizaba, colaborando de esta forma al desarrollo y el crecimiento personal.
Cada tipo de intervención realizada por el especialista en psicoterapia de adultos requiere de metodología terapéutica específicas, eficaces y profesionales respetando en todo momento la privacidad de nuestros pacientes.
Cuando una persona se encuentra en una etapa problemática que puede afectar o estar afectando ya a otras áreas de su vida (personal, familiar, profesional, etc.) es el momento para pedir ayuda profesional.
Le damos atención para solucionar problemas como los siguientes:
Tenemos más de 25 años de experiencia en psicología clínica.
Ansiedad
Es una sensación de intranquilidad y temor sobre una amenaza no definida. La amenaza a menudo es física con indicios de daño corporal o de muerte, o psicológica con amenazas a la autoestima y al bienestar. Los síntomas más comunes son: Inquietud o impaciencia, excesiva preocupación, fatigabilidad fácil, dificultad para concentrarse o tener la mente en blanco, irritabilidad, tensión muscular, alteraciones del sueño. Estos síntomas físicos provocan malestar, deterioro social, laboral e incluso de otras áreas importante de la vida de la persona
Tipos de ansiedad:
Puede ser un trastorno de pánico, ansiedad generalizada, fobias, trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno del estrés postraumático. Puede ir acompañada de fobia social, pánico y agorafobia, depresión y ansiedad crónica.
En tu cuerpo se ha disparado la alarma. Sientes que el peligro está cerca y, sin embargo, no hay nadie que te persiga ni catástrofe alguna que amenace tu seguridad. Puede que te preocupes por algo en concreto o que estés inquieto sin motivo aparente. Sea como fuere sabes que tus circunstancias actuales no justifican esa alarma. Te embarga la ansiedad, te sientes presionada, te cuesta pensar con claridad. Experimentas la necesidad de reaccionar, pero tus reacciones, a lo sumo, sólo te ayudan temporalmente. La edad de inicio de la ansiedad puede tener lugar en la infancia o mitad de la adolescencia (12-18) o bien entre 20-30 años.
Depresión
Son trastornos del estado de ánimo cuya característica esencial es la alteración del humor. Una persona depresiva experimenta tristeza profunda, abatimiento, pérdida del interés y placer por todo lo que le rodea, dificultades de concentración, alteraciones del sueño, alimentación y deterioro en las relaciones interpersonales. Cuando se tiene trastorno bipolar el estado de ánimo se vuelve elevado, eufórico, lleno de energía, pensamiento acelerado, insomnio, aumento de apetito.
Casi todas las personas nos sentimos tristes, apáticos y decaídos en alguna ocasión. Sin embargo, para algunas estos sentimientos, muestran un interés mínimo en los sucesos diarios, les falta motivación, se sienten indefensos y a menudo tienen pensamientos suicidas. La depresión se encuentra asociada con otros problemas psicológicos y con estados médicos.
Síntomas de la depresión:
Un 15% de los pacientes con trastorno depresivo puede llegar a suicidarse. Existen períodos de edad en los que la cifra es más crítica. Con más de 55 años el riesgo es mayor. A mayor edad, mayor riesgo de padecer depresión. Por eso, ante el primer síntoma busca ayuda. En Psicólogos Aída, analizarán tu caso para ofrecerte el mejor tratamiento para que superes la depresión cuanto antes.
Infancia y adolescencia
La palabra autoestima es una palabra que está de moda. La usamos cuando hablamos del desarrollo, los deseos y objetivos de cualquier persona o cuando buscamos una explicación para su fracaso o conducta, pero no siempre tenemos claro lo que significa.
Para mucha gente, la autoestima es sinónimo de soberbia u orgullo y si lo vemos como algo negativo no buscamos la manera de desarrollarla y fortalecerla, por lo que nos perdemos la oportunidad de tener una vida mejor. Para otras personas es una característica que tienes o no tienes, como tener el cabello negro o no tenerlo. Si pensamos así, nos conformamos o nos quejamos, pero no hacemos nada por mejorarla.
Cuando me siento valioso puedo:
Estos sentimientos me permiten buscar mi bienestar, resolver mis problemas y mejorar mis relaciones. Recuerda que lo que hacemos y cómo lo hacemos, lo que obtenemos y dejamos de obtener y nuestra manera de vivir, sufrir y disfrutar, están relacionados con nuestra autoestima.
La baja autoestima es una actitud que pocas veces se expresa con palabras. La persona no siempre puede definir lo que siente y piensa. Si lo reconoce ante los demás, se siente avergonzado. Si lo reconoce ante sí mismo, se angustia y sufre. Este es uno de los principales motivos, por lo que la gente que tiene una autoestima baja no busca ayuda. El otro es que creen que no pueden hacer nada al respecto. Esto es un error.
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